¿Ya nos cargó el payaso?

"Depende...", dirían los sabios. Hago un recuento de los hechos e intento contestar la pregunta al mismo tiempo que sigo ordenando mis ideas…, parafraseando a la escritora Gloria Steinem: “Enseñamos lo que necesitamos aprender y escribimos lo que necesitamos saber”.

Uno. Ya sabíamos o hemos confirmado con este virus que han sucedido otras pandemias o epidemias que han puesto todo de cabeza, y aunque todavía se debate el origen de cada una, llegan sin pedir permiso. Todas han sucedido por la mezcla de uno o más de los siguientes factores: insalubridad, deforestación, hábitos alimenticios perversos, desequilibrio ecológico, sobrepoblación humana, fanatismo, guerras, mezcla de especies animales, etc.

Dos. Nadie va a venir a rescatarnos y tarde o temprano nos hacemos responsables de nuestras decisiones (financieras, personales, empresariales). Hoy es una pandemia pero mañana puede ser un accidente, un terremoto o un huracán, la cuestión es que no todos estábamos preparados para parar dos o tres meses y seguir pagando sueldos, impuestos y servicios; esto aplica para todos, sin importar si eres empresario, freelance o empleado.

Tres. Aprendimos también que hay una clasificación de empresas o actividades "esenciales" y "no esenciales", las primeras pueden seguir operando y las segundas deben cerrar en una situación de emergencia sanitaria.

Cuatro. La tendencia del e-commerce y el trabajo online dejó de serlo y ahora es una obligación para cualquier negocio o actividad de todos los giros. Ya no es opcional y necesitamos aplicaciones, soporte técnico y una conexión segura y robusta para sostener la operación diaria (empresarial y doméstica).

Cinco. Lo más importante es la salud..., física, mental, espiritual y ambiental. Nos ha quedado claro que nada tiene sentido si no estamos sanos nosotros y la Madre Tierra. Ya era obvio que la obesidad, la hipertensión, la diabetes, las cardiopatías y el tabaquismo son malos, muy malos y los adquirimos por gusto y necedad; este mal comer daña el cuerpo y lo debilita tanto que no aguanta ni una gripe nueva..., como que el cuerpo dijo: "ya basta, no puedo con tanto".

Seis. La especie humana vive en una frágil y débil burbuja artificial creada a su conveniencia y comodidad pero a costa de la naturaleza; este antropocentrismo nos ciega y cuando nuestro mundo ficticio se derrumba, sufrimos, nos hacemos las víctimas y casi de inmediato nos automotivamos para levantarnos y regresar a nuestra normalidad, lo cual, sinceramente me da ternurita. El planeta no tiene prisa, ha estado aquí 4,600 millones de años (calculan los expertos) y si ese tiempo fuera un día en el reloj de la Tierra, nosotros llevamos aquí apenas 5 segundos..., así de insignificantes somos.

Siete. El planeta no nos necesita ni extraña en nuestra ausencia, al contrario, reverdece y se recupera de la vorágine tóxica depredadora de nuestro modelo económico y productivo. Esto sólo hace evidente el grado de desconexión que tenemos con la naturaleza y nuestros altísimos niveles de ignorancia, soberbia e irresponsabilidad en nuestro papel de especie "inteligente". Estoy de acuerdo con quienes dicen que este coronavirus es más bien un anticuerpo del planeta para combatir el verdadero virus: nosotros.

Ocho. En las crisis las personas se muestran tal como son, salen a flote sus miedos, su templanza, sus prioridades. Estar al borde del precipicio nos obliga a valorar lo realmente valioso y apreciar la belleza del caos, agradeciendo el empujón que nos debe obligar a ser mejores personas y terrícolas.

Nueve. Es impresionante el miedo que la mayoría de la gente le tiene a enfermarse o morir y cómo se usa para persuadir, restringir o controlar sacando de contexto las cosas e ignorando, por ejemplo, que todos los días mueren de hambre 8,500 niños. ¿Por qué eso no es un escándalo?

¿En dónde estamos parados? Dentro de la metodología de diseño (recuerden que soy diseñador) existe un concepto que le llamamos "enfoque de diseño", al cual llegamos después de las etapas iniciales de investigación y análisis y es nuestro guía en las etapas finales de propuestas y síntesis. Su importancia es tal que de él depende que el proyecto tenga sentido o sea intrascendente. Se deben especificar los requerimientos expresivos, funcionales, tecnológicos y comerciales con base en las necesidades cualitativas y cuantitativas del usuario. Suena medio complicado pero, como ejemplo, el siguiente sería el enfoque de diseño o rediseño para el escenario que nos encontraremos cuando regresemos a nuestra nueva normalidad:

"Imaginar una sociedad (empresa, familia, agrupación, etc.) que debe estar preparada para interactuar (todas las actividades humanas) sin que exista contacto físico entre las personas".

Obviamente este enfoque lo cambia todo o casi todo, nos obliga a analizar y replantear un montón de cosas o al menos las que requieren "contacto físico entre las personas”. Casi nada (cara muda de pánico).

¿Entonces ya valimos? Ahorita la mayoría estamos en la etapa de asombro y negación, seguimos sorprendidos del desmoronamiento de nuestra forma de vida pero esperando su pronta recuperación para continuar donde nos quedamos (otra cara muda, ahora de espanto). Está bien, es normal pero pasémosla rápido porque "todo va a cambiar a partir de ahora", "nada volverá a ser igual" nos dicen todos los días. En la siguiente etapa aceptamos (nos resignamos) que no podemos hacer nada por detener la destrucción, lo cual es bueno porque será el preámbulo para abrir la mente y ponernos creativos. Dicen que para construir algo nuevo primero hay destruir lo viejo, y eso está pasando en este preciso instante; con todas las piezas tiradas en el suelo vas a tratar de re armar tu empresa (¿tu vida?) analizando si sigue siendo rentable en este nuevo escenario de "sin que exista contacto físico entre las personas". Será un momento difícil si la respuesta es negativa porque tendrás que despedirte de ella, pero hazlo rápido y usa tu energía para crear una nueva, más fuerte, flexible y acorde con la nueva realidad. Si la respuesta es afirmativa bien por ti y aprende la lección: nada es para siempre y todo puede cambiar en un instante.

¿Y el payaso?, bueno, se vienen tiempos de mucha creatividad, emociones fuertes, despedidas, bienvenidas y situaciones insospechadas..., prepárate, relájate y deja que fluya. Hasta este momento pienso que sobreviviremos si y sólo si cumplimos con el siguiente blindaje "anti pandemia":

A. Tener un fondo fijo de emergencia con recursos suficientes para cerrar al menos tres meses y poder solventar todos los compromisos en ese tiempo.

B. Si no lo has hecho, migrar al mundo online, rediseñar tu oferta y tu modelo de negocio para operar con el balance ideal entre lo análogo y lo digital con la capacidad de convertirte, en cuestión de horas, en un negocio 100% digital. Pero no exageres, no pierdas el toque humano y la calidez de un buen servicio.

C. Cambiar la descripción y percepción que tienes de tu empresa, ejemplos: ya no tienes un restaurante ahora es una experiencia gastronómica o un programa de alimentación saludable o una comunidad creativa…, ya no tienes una escuela sino un sistema de aprendizaje y empoderamiento o un centro de innovación..., ya no tienes un gimnasio sino un programa de embellecimiento corporal o un sistema para adelgazar o de acompañamiento deportivo..., ¿me sigues?, llega al meollo del asunto, a tu promesa básica, a tu "por qué", y si no lo has definido empieza por ahí pero ya.

D. Llevar un estilo de vida sustentable empezando por ser consciente y responsable de lo que consumes: cómo vistes, cómo viajas, cómo limpias, etc. Come y bebe sano, no consumas carne o muy poca, adelgaza, haz ejercicio, bájale al azúcar, ya no más bebidas gasificadas, no fumes, duerme bien y medita.

E. Reconectarse con la Madre Tierra. Entiende que ella es la jefa de jefas y nosotros somos sus huéspedes no sus dueños; haz voluntariado sustentable como siembra de árboles, limpieza de playas o charlas en escuelas; vuélvete un "protector de": el agua, la selva, los bosques, las abejas, el mar; siembra muchos árboles y protege los que ya están, haz composta, arma un huerto en tu casa y consume local.

F. Tener una empresa "esencial" o, que en tiempos de pandemia, se pueda reconvertir en una. “No poner todos los huevos en la misma canasta" y estar preparados para cambiarlos de lugar rápida y eficientemente e incluso canjearlos por manzanas o lápices.

G. Aprender y aplicar todos los protocolos sanitarios dentro de la operación diaria y estar preparados (sistemas, insumos y manuales) en caso de una emergencia sanitaria para reconvertirnos a 100% digital con nulo contacto físico entre las personas.

H. Diseñar o rediseñar tu empresa para que sea 100% sustentable desde el inicio o en poco tiempo: energías limpias, cero residuos, economía circular y reducir su huella ecológica. Esto aplica también para tu casa.

I. Hacer todo lo anterior, esperar la siguiente pandemia mundial pero disfrutar de la vida sin paranoia sanitaria ni muchas redes sociales…, el tiempo pasa muy rápido y las cosas que valen la pena siguen estando ahí y siguen siendo gratis. No dejar que el miedo a enfermarse o a morir nos controlen…, la muerte es parte de la vida y cuando nos vayamos que sea en paz y con mucha gratitud.

Hasta aquí mi análisis, gracias por leerme y seguiré ordenando mis ideas.

Un abrazo =)


(Publicado en Facebook / 19 de abril de 2020)